El cielo

Hace días en estas tierras la lluvia cae, una tras otra caen las gotas, gotas gordas, que al caer golpean, el cielo parece tener un reloj que se atrasa y se adelanta por las tardes, pero que cumple con llover cuando el sol inicia el proceso de ocultarse, seguro hay un trato entre el sol y la lluvia, en las mañanas el sol irradia con intensidad y a la tarde el se va dejando libre el cielo para que la lluvia aparezca, la única que parece no haber hecho el trato con el cielo fue la luna, hace mucho que no ilumina el cielo, cuando trata de aparecer las nubes a toda velocidad la cubren, y queda solamente la luz tenue que se proyecta sobre las nubes.

Camino por las noches esperando ver las estrellas, esperando ver una constelación, esperando que la osa mayor ruja y las nubes se aperten, pero en la ciudad con tantas luces, aún sin nubes las estrellas parecen no estar, me gustaría caminar en completa obscuridad y ver el cielo estrellado, me gustaría sentir el aire frío entrando en mis pulmones, ver el cielo y sentir la inmensiad, lo basto del universo, esa boveda obscura, con puntos de luz de colores incrustados en la nada, despertar ese sueño lejano de todo niño, ser astronauta, viajar por la inmensidad, conociendo nuevos mundos, nuevos seres, y llegar donde las estrellas nacen, A vos compañero de historias, a vos amigo de cuatro patas que nos sentabamos sobre el techo a mirar el cielo, me escuchabas contar historias sin sentido, inventandome miles de explicaciones del origen de las luces, supe que sabias que te mentia, pero aún si dejabas que yo soñara y no interrumpias mis tonterias, lejos esta ese tiempo, lejos esta ese cielo, lejos estan esas montañas, lejos estan esos días, me he llegado a preguntar si subis al techo a ver el cielo te recordas de mis historias, tal vez cuando aulles contas las historias que yo te contaba a tus demás amigos, ese vació, ese cielo, esas estrellas, ese todo, esa obscuridad, causa de insipiración de poetas, cautivador de cientificos, para mi insirador de historias.